Uno de los mejores momentos de nuestro viaje a Hungría fue, sin duda, la oportunidad de visitar el Valle de Baranta, ubicado en la parte Norte de la antigua Hungría, y profundizar un poco en la apasionante cultura local.
Con la idea de continuar con mi proyecto a largo plazo sobre las diferentes artes marciales del mundo, y alguno de sus principales maestros en activo, tuve el placer visitar y fotografiar un entrenamiento en la sede de la Asociación de Baranta del Norte de Hungría (Baranta Association in Upper Hungary), cuyo fundador y presidente es el talentoso maestro Gábor Kopecsni, quien lucha por continuar con este legado.
Siguiendo nuestras habituales rutas intensas y sin descanso, asistimos por la mañana al curioso festival de Holloko, del que hablaremos en otro reportaje, y partimos después hacia el Valle de Baranta, donde tendríamos la oportunidad de conocer a gente especial y de tomar contacto con un arte marcial desconocido por la gran mayoría, como sucede con el interesante Angampora de Sri Lanka.
Mucho más que un arte marcial
Fundada en 2008, la Asociación de Baranta del Norte de Hungría eligió este magnífico enclave natural para establecer su base, abriendo sus puertas a todos aquellos interesados en aprender más sobre la cultura húngara y el conjunto de conocimientos que engloba esta disciplina.
Se conoce por Baranta al arte marcial desarrollado en Hungría entre los siglos noveno y la actualidad, que incluye la lucha cuerpo a cuerpo y el uso de diversas armas. Por otra parte, el término engloba una amplia selección conocimientos, provenientes de la historia y del folklore del país, que toca temas tales como la psicología, la vida en comunidad o el crecimiento personal.
Es por eso que el Valle de Baranta, también un centro de investigación con una rica librería a disposición del visitante, nace con la idea de combinar todo lo anterior, ofreciendo la opción de entrenar y acercarse a los citados conocimientos, practicando de paso diversas labores de artesanía tales como la talla en madera, costura, cerámica o pintura de muebles.
Gábor Kopecsni, maestro y fundador
Cuando llegamos al valle, nuestro contacto y colaborador en la creación del centro, el polifacético Mede Ferenc, ocupado con su tarea de sobrevolar los mejores parajes con su globo aerostático Szent Corona, llegó con un poco de retraso.
Afortunadamente para nosotros, Mikolt, la encantadora pareja de Gábor y una artista dedicada a la pintura de muebles, se encontraba presente y nos facilitó la comunicación con su buen inglés, haciendo posible la sesión de fotos que ilustran este artículo, hasta la llegada del simpático Mede y su agradable mujer, Ilona.
Siempre interesado en las artes marciales, Gábor nos cuenta que finalmente encontró la ruta hacia sí mismo en el Baranta. Tras practicar artes marciales japonesas, descubrió el tiro con arco a caballo y otras técnicas que incluye esta disciplina húngara, sintiendo que había hallado “el camino a su hogar”. Para él, además, es esencial el hecho de continuar con el legado de sus ancestros.
Aprendiendo constantemente de los mejores
A lo largo de estos once años, desde que encontró su camino, Gábor ha ido extrayendo conocimientos de los mejores expertos. En un principio, aprendió el tiro con arco a caballo de Imre Röth y asistió a clases con Ferenc Vukics, fundador del Baranta. Otros maestros incluyen al mundialmente conocido Lajos Kassai y a Zsolt Pucskó, especialista en la lucha con palos de madera.
Por otra parte, Gábor ha realizado una constante investigación etnográfica durante nueve años, visitando a ancianos de diferentes lugares de las tierras altas – actualmente pertenecientes a Eslovaquia -, un territorio otrora parte de Hungría y poblado por húngaros, así como en la cuenca de Los Cárpatos. De los pastores y lugareños, a quienes considera sus verdaderos maestros, ha aprendido los diferentes estilos de lucha tradicional, incluyendo el combate con látigo, hachas, palos o sin armas, entre otras difíciles y efectivas técnicas.
Fruto de esta intensiva investigación, realizada durante nueve años en la zona alta de Felvidéki – una región con fuerte tradición húngara que ahora es parte de Eslovaquia -, Gábor ha creado el estilo Felföldi.
Para nuestro protagonista, la clave está en el entrenamiento y la experiencia, y todavía le queda mucho para mejorar su estilo. “Tanto como yo perfilo el estilo, el estilo me perfila a mi”, nos relata. “Siempre agradezco los retos nuevos. Si una práctica va bien, intento someterla a circunstancias más complicadas. Cambiamos de forma constante y probamos nuevas situaciones, abriendo así nuevas posibilidades de aprender y meditar”.
Autor de varios libros de Baranta de la colección Baranta Kiskönyvtár (Pequeña Librería de Baranta) Gábor es un tipo amable y cercano, y la experiencia de pasar un rato con ellos, y fotografiarle en acción – su dominio del arco, del látigo y de otras armas es espectacular -, ha sido un verdadero placer para nosotros. Cuando le pregunto por el objetivo de las artes marciales, afirma que se trata de mirar hacia adentro, de conocernos y de ser más humildes. “Si vemos errores, intentamos corregirlos. Es un camino interior, donde se trabaja en conjunto con nuestros compañeros.”
“Para mi, Barata es más que una profesión, es un estilo de vida. En resumen, yo soy Baranta.
Cada movimiento o acto es un reflejo de mi cuerpo, mi alma y mi espíritu“.
Asociación Baranta del Norte de Hungría
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La Pintora Folk y el Herrero de los Huesos
Para aquellos interesados en visitar el Valle de Baranta, me gustaría destacar un par de servicios y actividades que nos han parecido bastante interesantes.
Nacida y criada en Transilvania, Kopecsni Mikolt estudió los antiguos estilos Szekler y Csangó de pintura de muebles, y en la actualidad recopila los motivos folklóricos tradicionales Palóc y les da vida a través de la pintura.
La pintura de muebles y los motivos tradicionales se expandieron durante los siglos 18 y 19. Durante ese periodo, los muebles solían estar decorados con motivos florales, y animales, con significados simbólicos.
Actualmente, la gente desconoce o no comprende estos motivos, y el objetivo de Mikolt es recopilar y preservar estas figuras y formas, intentando pasarlas a las generaciones venideras con su toque personal.
En 2001, el arte húngaro de la quiropraxis ayudó a Mede Ferenc a evitar una peligrosa cirugía. Esto le animó a estudiar, años después, las efectivas técnicas de esta disciplina, y ahora dedica algunas horas de la semana a ayudar a otros con desórdenes mecánicos de diverso tipo.
Tradicionalmente conocidos en Hungría como Herreros de los Huesos, y dotados con un lugar destacado en la jerarquía de la época, los quiroprácticos tenián la importante tarea de reubicar las articulaciones, ligamentos y músculos de los lesionados representantes de la tribu.
Mede ofrece consultas regulares de quiropraxis en el Valle de Baranta.
Texto y Fotos © Nano Calvo
Queda prohibido el uso no autorizado de cualquiera de estas fotografías.
Nota para Editores: Este reportaje está disponible para su publicación,
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